sábado, 17 de octubre de 2015

Manéjese con precaución

Hay anhelos que pueden llegar a ser tóxicos.
 
LA TIENDA DE LOS DESEOS

Foto de José Francisco Álvarez - Photograph-me
En mis frecuentes crisis de psicorragia creativa sufro brotes de fiebre argumental, como un sarpullido doloroso y debilitante. Lo peor son las brumas en la hora del despertar precoz, cuando me visitan narradores que se interrumpen constantemente entre sí. Creí que me volvería loco, pero logré superarlo y decidí abrir una tienda de barrio con listas coleccionables para aprendices de literatos. En frascos de vidrio y estanterías de roble oscurecido clasifico epítetos tóxicos, sintagmas crónicos, desenlaces virulentos. Los clientes acuden curiosos y se emboban ante el escaparate; ninguno sospecha que el género que vendo ha estado a punto de matarme.

4 comentarios:

  1. Me encanta. Y con todo su surrealismo, entiendo que es muy fiel a la realidad también. ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu visita, Luz. Sí, aunque sea algo surrealista puedo imaginarme que es un poco así esto de la literatura, como pequeños frascos de sustancias que tienen un enorme peligro y potencial. Un beso.

      Eliminar
  2. Lo que es letal para unos es medicina para otros.
    Qué buen relato.
    Abrazos, Belén

    ResponderEliminar
  3. Sí, Ángel, hay cosas que hay que manejar con mucha precaución y en las dosis indicadas. Un gran abrazo para ti.

    ResponderEliminar