Cuelgo este relato que ha sido finalista en el concurso Wonderland de RNE, qué alegría se han llevado Salpicón e Irina, y aquí los dejo refugiados, con su historia de amor más allá de fronteras y razas.
SEÑORAS Y SEÑORES SEPAN USTEDES
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Foto de Andrea Balducci |
En las ferias me
anuncian como Salpicón, porque igual te imito a Camarón que al Cigala, e
incluso al Pescaílla. Sobre el escenario, las gachís suspiran por mi cintura de
rumba y sexo bravo, pero este gitanito sólo quiere encaramarse a las largas
piernas de la Irina, aunque sea pagando. Mala fortuna nos traen estas mujeres
de la vida que vienen del frío a aguantar palizas. Y es que aquí enseguida nos
hierve la sangre, por eso le clavé al payo la navaja sin darle tiempo ni a
subirse los calzones. La flor de la noche, ¡pa quien la merece!
Contraste de razas bajo el punto de vista del protagonist, al que parece que estamos viendo. Eso hay que saber hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Ángel. Le he cogido yo cariño a ese Salpicón, con sus sombras y sus luces. Un abrazo.
EliminarFelicidades por ese finalista, Belén. Narrado con un lenguaje que fluye, ágil, de feria, que nos deja una asombrosa historia de machistas. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, me alegra que te haya parecido que el tono va acorde con el personaje, es lo que quería reflejar. Un abrazo.
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