BELLA Y BESTIA
Foto de Pekka Nikrus |
Se dirige a la jaula de los leones para demostrarle cuánto se equivoca. Ya encaramado a la valla, le dedica una mirada suplicante. La bella enarca una ceja. El móvil espera ser rescatado bajo la calima de la tarde mientras la poderosa leona dormita con un calmado batir de costillas. Avanza con ademanes felinos, sin apartar la vista de la bestia ni de la bella. Con la punta del pie acerca el aparato y lo guarda en el bolsillo de pecho. Un cuarto de giro y la gloria estará a su alcance… Eso si lo que está notando es su palpitante corazón, no la vibración que precede al estridente tono de una llamada.
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