Este relato está incluido en la antología Cincuentos de Esta Noche Te Cuento, que se presentó el día 5 de marzo en el faro de San Vicente de la Barquera bajo nubes de granizo, pero con el calor y la cercanía de muchos amigos relatistas.
EL TRIUNFO DE NÍNIVE
Foto de Eva García |
Al
alba comienzan a bullir nerviosas las aguas del Tigris, como presagia la estela
polvorienta del rey sabio. El bramido de la ignorancia araña la muralla de Nínive,
leona del antiguo reino, y resquebraja cruelmente el adobe que da cuerpo al zigurat.
Como escarabajos perniciosos, levantando polvo de siglos, han llegado excavadoras
y marionetas del integrismo. Al oír el rugido de espanto de los toros alados de
cabeza humana, Asurbanipal detiene su paseo en los jardines colgantes y agita
sus rizos encolerizado. Filas incontables de arqueros descienden de los
bajorrelieves y mueren de metralla. Los ríos de sangre alborotan los huesos del
arqueólogo británico, enterrado bajo la palmera que él mismo eligió, y convocan
a las almas del valeroso regimiento de la Reina Victoria, que disponen
prontamente sus cañones contra los atacantes. Hombres, huesos, mitos y espíritus
se encuentran y se miran cara a cara a través de la historia. Es entonces cuando
la fiera herida lanza su zarpazo. Los fanáticos barbudos caen postrados a sus
pies y huyen odiando su propio odio. Llegan la tarde y el silencio, que amansan
las limpias aguas donde la leona lame sus llagas. Sabe que ha ganado una
batalla, pero no la guerra.
Genial como siempre mi querida Belén, pero aún me siento más identificado con la repulsa de la Gran Leona y del rey Asirio... Gracias por tu grito a esa adsurda intolerancia fanática...
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