Y mucho más ahora, que enseguida los desechamos o nos obligan a hacerlo, incluso los que dieron un resultado excelente y fueron montados con mimo por verdaderos artesanos. Esto es lo que me ha inspirado la frase de esta semana para REC.
HIJOS DE UN MISMO PADRE
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Foto de Juan Deleon |
Todo estaba dibujado en la
pequeña libreta gris que llevaba en el bolsillo de su pantalón
y la febril temperatura del motor confirmaba su diagnóstico, así que firmé el
permiso. El led de conexión parpadeó agónico cuando el joven técnico acarició la
chapa abombada y enjugó el óxido cárdeno que rezumaban las juntas abiertas. Él
mismo pidió desconectar la toma. Me confió entonces que había sentido una descarga eléctrica en el estómago cuando desatornilló la tapa y reconoció
aquella manera de trenzar los cables exclusiva de su padre, montador jubilado
de nuestra empresa. Acerqué una silla para que
estuviera cómodo y esperé respetuosamente de pie. Ambos permanecimos junto al aparato hasta el último latido del relé.
Este es mi despojo del REC de la semana pasada. A partir de la complicada, y bastante restrictiva, frase: Pintando aquellos extraños bisontes, me ha salido esta leyenda trágica india.
LA QUE PINTA BISONTES
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Foto de Wolfgang Staudt |
Pintando aquellos extraños
bisontes vivió muchas lunas entre nosotros, mientras las
demás muchachas tensábamos las pieles de los tipis y repartíamos la carne. Al
menos se conformaba con los peores bocados, para así mezclar la grasa con
tierra cárdena y colorearse ese cuerpo pálido que repelía a los hombres. El día
que finalmente cazamos a la bestia blanca se aproximó para inhalar de sus
belfos el aliento moribundo y lanzó un grito de guerra a sus hermanos. Comprendimos
entonces la visión del tótem derribado y nos estremecimos cuando el espíritu
del águila plegó sus alas protectoras sobre nuestro cielo.
Hoy, viernes 13, os dejo uno de los relatos que envié a Cuentos para el andén. Feliz descanso.
EL LEGADO
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Foto de Bernat Casero |
Al fin quietas. Un chispazo agónico de actividad neuronal le recordó cómo
había odiado el avance implacable de aquellas manecillas desde que su padre se
lo mostrara por primera vez. El reloj era el legado de la familia y tuvo que prometer
que lo usaría siempre. Siempre. Ahora el tictac se había acallado y lo
interpretó como el comienzo del resto de su existencia. Las flores habían
dejado de oler y hacía mucho tiempo que la oscuridad era plena. Cómodamente
tendido en la caja, vistiendo su mejor traje, se dispuso para el descanso
eterno.
Un pequeño error o accidente puede marcar toda una vida. Esta es mi propuesta para la frase "Seguía atrapado allí dentro" que nos han puesto de deberes esta semana en Relatos en Cadena.
EL PENITENTE
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Foto de Theirhistory |
Seguía atrapado allí dentro mucho
tiempo después, ahogado en una niñez que ya no me correspondía. Aún solía anudarme
a la cintura su jersey marrón, el de las coderas, y me forzaba a merendar pan
con margarina mojado en leche. A Manu le chiflaba, pero a mí me dan arcadas las
pompas amarillentas que sobrenadan en el líquido tibio. No importa, haré lo que
sea para que Mamá deje de apretar la mandíbula cada vez que le doy un beso y
para que mi hermano me perdone el balonazo que lo tiene atrapado en esa fría habitación,
llena de tubos y aparatos, del hospital.